martes, 12 de enero de 2021

Novelas rusas

"Crimen y Castigo" - Fiódor Dostoyevski



















Crimen y Castigo tiene como tema la división de la conciencia humana entre lo racional y lo irracional, el protagonista se encuentra en constante acoso de su conciencia, pero a la vez se siente más allá del bien y el mal.

Raskolnikov, un joven estudiante, acosado por la pobreza y sus pensamientos sobre la libertad humana, asesina a la anciana prestamista Alena Ivanovna para robarle sus joyas. Como consecuencia de sus actos sufre un proceso de culpa, atormentandolo su conciencia, hasta que decide entregarse voluntariamente a la policía.


"La madre" - Máximo Gorki


 Paúl, el hijo de Pelagia, asume el liderazgo en la reunión de jóvenes. De esta manera, nacía el grupo que comenzaría a distribuir propaganda política que movilizaría a las masas para levantarse en contra del zar.

 


La gendarmería realizó un allanamiento a la casa de la madre, dos policías tomaron fuertemente a Paúl, mientras otros empezaban a revisar las habitaciones buscando folletos y libros que incriminaron al joven en actividades subversivas.

 


 Paúl abraza fuertemente a su madre. Le da las gracias y le pide fortaleza para sobrellevar el problema. La madre siente tristeza, pero también admira a su vástago por su entrega y ahínco en la lucha por sus ideales.

 


Las masas hervían de júbilo y las voces de protestas discurrían por calles y plazas. Al frente de ellos, Paúl lideraba a hombres y mujeres salidos del campo y las fábricas, durante la celebración del Primero de Mayo.

 


 Los años de persecuciones y tragedias siempre persiguieron a Iégor, un importante luchador social, finalmente la muerte le llegó en la cama de un hospital, hasta el último momento estuvo acompañado por Pelagia, la madre. Ludmila llegó poco después.

 


Ignace, uno de los camaradas, logró escapar de la gendarmería, caminó largos trechos y durmió en los más insólitos parajes, siempre escabulléndose de las autoridades, para llegar con vida, y muy cansado, a la casa de la madre.

 


Finalmente los jóvenes fueron conducidos al tribunal para que se les imponga la pena por su rebelión contra el zar. Sin embargo, en todo momento, Paúl, Andrés, Théo y otros más, mantuvieron su frente en alta y continuaron defendiendo su posición política.



La madre, en su afán de continuar la tarea de su hijo, se convirtió en la distribuidora de libros y folletos, sin embargo, un día fue intervenida por la policía, quienes la trataron con crueldad. Hasta el minuto final, siempre creyó en sus convicciones ideológicas, aprendidas de su hijo y de los muchachos.

 


 

  

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