sábado, 15 de diciembre de 2018

Cuento La cenicienta

El siguiente cuento nos presenta a una linda chica que a pesar de tener dificultades para lograr sus sueños pudo conseguirlos y tener una vida feliz al lado de su amado príncipe o rey que se enamoró de ella. Todo eso solo por un zapato.


Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a la cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, que todos la llamaban Cenicienta.


Un día el rey de aquel país (ficticio o desconocido) que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino. – Tú Cenicienta no irás. – dijo la madrastra – Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos.


Llegó el día del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacía el palacio real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos. - ¿Por qué seré tan desgraciada? – exclamó. De pronto se le apareció su hada madrina.


No te preocupes – exclamó el Hada madrina – tú también podrás ir al baile, pero con una condición, que cuando el reloj de palacio dé las doce campanadas tendrás que regresar sin falta. Y tocándola con su varita mágica (sin decir Bibidi Babidi Boo como en Disney) la transformó en una maravillosa joven.


La llegada de Cenicienta al palacio del rey causó una honda admiración por parte de toda la gente que estaba ahí. Al entrar en la sala de baile, el joven rey quedó tan prendido de su belleza que bailó con ella toda la noche. Sus hermanastras no la reconocieron y se preguntaban quien sería aquella joven. 


En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar el reloj del palacio las doce. - ¡Oh, dios mío! ¡Tengo que irme! – exclamó. Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato que el rey lo recogió asombrado.


Para encontrar a la bella joven, el rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Envió a sus heraldos a recorrer todo el reino. Las doncellas se lo probaban en vano, pues no había ni una que le fuera bien el zapatito.


Al fin llegaron a casa de Cenicienta, y claro está que sus hermanastras no pudieron calzar el zapato, pero cuando se lo puso Cenicienta vieron con estupor que le entraba perfecto. Y así sucedió que el rey se casó con la joven Cenicienta y vivieron muy felices.


Fin

Este cuento es un clásico al igual que Blanca Nieves entre otros. Pero a diferencia de Blanca Nieves que sí proviene de una casa real, Cenicienta no pertenecía a ninguna aparte de ser huérfana. En el mundo de Disney la consideran una princesa solamente porque se casó con el príncipe o rey que se enamoró de ella. Pero no hay problema con eso, Cenicienta es una chica humilde y buena, aparte de tener una enorme belleza que atrapó al príncipe o rey.

La ingenuidad del rey se pudo ver al momento de tener la idea de buscar a la chica que acaba de conocer en su fiesta con tan solo un zapato que tienen que probarse. Si hubiera otra chica que de verdad le quedara perfectamente el calzado, el final sería diferente y muy malo para la pobre Cenicienta. Además esa idea de casarse con la dama que le quede el zapato es algo tonto. Si la seleccionada resulta ser muy fea como las hermanastras de Cenicienta, el príncipe sería tan tonto en casarse con ella sabiendo que no la ama. Para la suerte del cuento, terminó bien haciendo que Cenicienta se quede con su príncipe o rey.

   

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