martes, 1 de enero de 2019

Cuento de Pulgarcito


Los padres de Pulgarcito eran muy pobres. No tenían con qué alimentar a sus siete hijos y decidieron abandonarlos en el bosque, temerosos de verlos morirse de hambre.



Pulgarcito fue desmigando por el camino un poco de pan que conservaba. Así esperaba encontrar el camino de regreso a la choza. Pero los pajaritos se comieron el pan. Y Pulgarcito no pudo saber volver a casa.



Los hermanitos lloraban mucho. Se hizo de noche, pero Pulgarcito vio brillar una luz entre los árboles, a lo lejos. Y guiados por ella, llegaron a una casa de aspecto misterioso.



Llamaron a la puerta y salió a abrir una anciana. – Déjenos pasar aquí la noche – pidió Pulgarcito. - ¡Ay, pobres niños! – contestó la anciana. – Los tendré que esconder. Porque en esta casa vive un ogro muy malo. Va a llegar de un momento a otro y no quiero saber lo que ocurrirá si los encuentra.



Al poco tiempo llegó el ogro, y descubrió en seguida a los hermanitos. Entonces, exclamó: - ¡Hola! ¿Tenemos siete niños en casa? Está bien. Que se vayan a acostar.
Y mañana, serán mi desayuno. – La anciana llevó a los niños a una habitación donde había dos camas. En una de ellas dormían las siete hijas del ogro, que eran malvadas como él.



Tenían coronas de oro y Pulgarcito las cambió por los gorros de ellos. A medianoche entró el ogro a oscuras, dispuesto a matarlos, pero al palpar las coronas, pensó: “Estas son mis hijas”. Y se marchó. Los niños, entonces, escaparon por una ventana.



Al día siguiente, el ogro se calzó sus botas de siete leguas, y corrió persiguiendo a Pulgarcito y sus hermanos, que huían por el bosque. Al ver venir al gigante, se escondieron los niños.



Fatigado por la carrera, el ogro se echó a dormir. Pulgarcito le sacó con cuidado las botas de siete leguas, y se las calzó él mismo, echando a correr.



Llegó al palacio del Rey, y volvió con muchos soldados, los cuales apresaron al malvado ogro, terror de la comarca. Y el Rey colmó a Pulgarcito de riquezas, como premio a su inteligencia y valentía.



Fin

Este cuento termina de esta manera, pero ¿qué hay de los padres de Pulgarcito? será acaso que ellos no han recibido una lección por abandonar a sus hijos en el bosque sin piedad. El pretexto de no verlos morir de hambres es demasiado inútil y tonto, simplemente se busca solución de alguna manera podían buscar alimentos en el bosque, pero no, estos malos padres no pensaron en eso y prefirieron dejarlos abandonados a su suerte. Seguramente esos pésimos padres iban a conseguir alimentos para ellos de manera fácil olvidándose de los niños. 

En cuanto a la anciana que vive en la casa del ogro, es muy ingenua para estar ahí con semejante malvado. Los niños al llegar a esa casa se metieron en un gran problema porque muy bien ese ogro se los hubiera desayunado tal y como él lo dijo. Pero al menos Pulgarcito pudo salir victorioso al robarse las botas del ogro para ir a pedir ayuda al Rey y de una vez capturar al malvado ogro. 

Cuando Pulgarcito fue premiado con aquella riqueza que le colmó el mismísimo Rey por su ayuda, sus hermanos ya pudieron estar tranquilos al saber que pueden contar con alimentos y todo lo necesario para sobrevivir. Y nos imaginamos que los padres de Pulgarcito no se enteraron de nada y fallecieron de hambre, a menos que se hayan enterado y reclamado las riquezas. La anciana se habrá quedado a cargo de la casa del ogro, y en cuanto a las hijas de este es probable que hayan sido el desayuno de este sin que se de cuenta o simplemente sigan vivas. Bueno en fin, el cuento deja cosas sin resolver.


    

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