sábado, 15 de diciembre de 2018

Cuento El patito encantado

El siguiente cuento es uno de nuestros favoritos, ya que nos cuenta sobre la recompensa que recibe un niño por su gran corazón con los demás y todo ocurrió gracias a la aparición del patito de oro que podía encantar a cualquiera.   



Benjamín era un niño que se había quedado huérfano. Iba una tarde por el camino pensando que en la gran ciudad, cuyas torres se divisaban en la lejanía, tal vez podría encontrar una casa en la cual lo recibieran como criado. Benjamín era muy pobre, pero también muy bondadoso.



Poco después encontró, sentada al pie de un árbol, a una ancianita desconocida, quien le suplicó: - ¡Tengo hambre, hijo mío! ¿Me darías algo para comer? Benjamín solamente llevaba un poco de pan y queso que guardaba para su comida única de esa noche.



Compadecido de la pobre señora, se los regaló de la mejor gana y con una sonrisa.
La ancianita comió con voraz apetito. Y al terminar, le dijo: - Gracias, pequeño. Quisiera premiar tu buen corazón, pero no tengo nada de dinero. Sin embargo, toma este patito dorado, que es todo lo que poseo. Ojalá te dé este juguete toda la suerte que mereces. Diciendo esto, desapareció al momento.



Benjamín cogió el patito, y sin preocuparse más de aquel regalo, como sentía sueño, se tendió sobre la hierba y muy pronto se quedó dormido. Al poco rato, dos ladrones que pasaban por allí, creyendo que el patito era de oro, se acercaron con la idea de robarlo.



Mas apenas lo tocó el primer ladrón, quedó pegado a él, y por mucho que tiró y tiró, de nada le sirvió, pues le era totalmente imposible desprenderse. ¡¡El patito estaba encantado!! Al despertar Benjamín, se sorprendió de todo lo que pasaba. El segundo ladrón, al ver lo ocurrido a su compañero, quiso auxiliarle, pero al tocarlo quedó igualmente pegado a él, y sin poder escapar.



Tiraban y tiraban los dos ladrones, y suplicaban a Benjamín los dejara marchar, pues estaban muy arrepentidos y prometían no volver a robar en el resto de sus vidas. - ¡Alto, alto! – se oyó gritar de pronto detrás de ellos.



Era el guardia Serafín, que acudía para detener a los delincuentes y llevarlos a la cárcel para que paguen por sus numerosas fechorías. - ¡Ajá! Exclamó jubiloso: - ¡Hasta que por fin los atrapé, menudas piezas! … Hace tanto tiempo que tenía ganas de ponerles las manos encima …
Pero … , en cuanto se las puso, ya no se pudo soltar tampoco, y empezó a gritar y amenazar a todos.

Iba caminando la extraña comitiva, cuando se acercó a ésta un músico callejero. - ¡Auxilio! Clamaba el guardia. Acudió el músico en su ayuda, y también quedó prendido en el hechizo del patito.



En la ciudad vivía Nuri, la princesa triste, quien sufría un extraño hechizo. Hasta entonces, nadie había conseguido hacerla reír, ni sonreír siquiera. Por eso, cuando vio pasar por su palacio aquel curioso desfile, no pudo contener las carcajadas. Por suerte Benjamín logró salir de ese problema.



El feliz rey, viendo a su hija curada de la terrible tristeza, dio al buen Benjamín como premio el empleo de paje principal de la princesa Nuri. Y fue así como Benjamín se vio recompensado por su buen corazón, alcanzando fama y fortuna.  


Fin

Terminado el cuento podemos ver que Benjamín podría tener la oportunidad de ser algo más que amigo de la princesa Nuri, aunque se ve algo mayor para él, pero no importa. Parece que todo estaba calculado porque la anciana le regaló ese patito encantado justo cuando Benjamín necesita la suerte para salir adelante. Al parecer hay un cuento parecido a este que se llama el Pato de Oro, con una trama diferente pero el pato es similar. ¿Será acaso una secuela o precuela? O un simple spin off. Solo sabemos que es un gran cuento infantil.





3 comentarios:

  1. Gracias x publicar este cuento... Lo venia buscando hace mucho... Enserio muchas gracias

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  2. Este Cuento marc+o mi infancia por ser tan original...sin duda siempre fue mi favorito y el que más nostalgia dió ami vidaaa..........! xD

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  3. Muchas gracias por el cuengo! Mi madre querida me lo contaba cuando era pequeño lo recuerdo mucho con gran amor. Es tal cual lo recuerdo. Me costó un poco conseguirlo gracias! Si de alguna manera pudieras enviarlo a mi correo escaneado ya que el cuento que tenía se perdió y lo extraño gracias.

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