Eran tres hermanos. Tres lindos cerditos músicos, que decidieron hacerse sus casas junto al bosque. El primer cerdito sin penarlo mucho, hizo su casita de paja.
Pero el malvado lobo, que vivía en el bosque, era
muy envidioso.
Llegó cauteloso junto a la casita. Hinchó los pulmones, y sopló con fuerza, ¡F F F F F F … !
Y toda la casita se desmoronó, mientras huía el cerdito.
Llegó cauteloso junto a la casita. Hinchó los pulmones, y sopló con fuerza, ¡F F F F F F … !
Y toda la casita se desmoronó, mientras huía el cerdito.
El segundo cerdito no hizo su casa de paja. La
construyó con hierba fresquita del campo.
Y al contemplarla tan bella, se puso a cantar y a tocar la mandolina.
Y al contemplarla tan bella, se puso a cantar y a tocar la mandolina.
Poco duró su alegría. Se acercó a la casa el lobo y
sopló como la vez anterior.
¡F F F F F F … ! la frágil casita se deshizo … Y el pobre cerdito huyó.
¡F F F F F F … ! la frágil casita se deshizo … Y el pobre cerdito huyó.
Siguió adelante el malvado lobo y descubrió otra casa.
Era la que el tercero de los cerditos se acababa de construir.
¡Bah! Pensó el lobo. – En cuanto sople sobre ella, volará. Y me comeré a los tres cerditos.
¡Bah! Pensó el lobo. – En cuanto sople sobre ella, volará. Y me comeré a los tres cerditos.
Los he visto encerrarse en la casa hace un momento.
– Sin embargo, por mucho que el lobo sopló y sopló hasta quedar sin aliento, no pudo derribar la casita. ¿Cómo era posible esto? ¿Qué había ocurrido?
– Sin embargo, por mucho que el lobo sopló y sopló hasta quedar sin aliento, no pudo derribar la casita. ¿Cómo era posible esto? ¿Qué había ocurrido?
Pues que el tercer cerdito, más precavido que sus
otros hermanos, había construido su casita con ladrillos y cemento. De suerte
que así quedaban a salvo de los dientes tan afilados del lobo.
¿Por qué no me abren la puerta? Gritó el lobo muy
enfadado. Pues, pese a ello, me los comeré. Porque voy a subir al tejado, y
entraré por la chimenea. ¡Menudo banquete me espera, señores cerditos!
Entonces el tercer cerdito tuvo una feliz idea. -
¡Deprisa, hermanitos! Traed mucha leña, y echémosla al fuego, para que hierva
en seguida el agua de la caldera. Ya noto que el lobo empieza a bajar por la
chimenea.
En efecto, el agua hirvió prontamente, y el malvado
lobo cayó en la caldera y murió abrasado, con lo cual pagó sus muchas
fechorías. Nuestros tres cerditos entonces bailaron, pues del feroz lobo todos
se salvaron.
Fin
Terminado el cuento, nos damos cuenta que el tercer
cerdito es el más inteligente al saber pensar en momento críticos y al hacer
una buen casita resistente. Nosotros opinamos que el lobo no debió meterse con
los cerditos porque terminó muy mal, tanto que pierde la vida tratando de
meterse a la casa del cerdito.
Obviamente habrá otros lobos que quieran comerse a los tres cerditos, pero trabajando en equipo ellos pueden derrotar a cualquiera que intente hacerles daño. Las dos primeras casas que nos muestra el cuento son realmente inútiles y no sirven para nada. No sabemos en qué estaban pensando los cerditos que las hicieron. Lo gracioso es que con tan solo soplar la casa se desmorona por tener material muy débil e inservible. La tercera casa que está construida a base de ladrillos y cemento es la mejor, además que se ve muy grande con suficiente espacio para vivir y tener comodidades. Aquel tipo de casa también deberían de tener los otros dos cerditos o simplemente quedarse a vivir con el hermano que la construyó.
Obviamente habrá otros lobos que quieran comerse a los tres cerditos, pero trabajando en equipo ellos pueden derrotar a cualquiera que intente hacerles daño. Las dos primeras casas que nos muestra el cuento son realmente inútiles y no sirven para nada. No sabemos en qué estaban pensando los cerditos que las hicieron. Lo gracioso es que con tan solo soplar la casa se desmorona por tener material muy débil e inservible. La tercera casa que está construida a base de ladrillos y cemento es la mejor, además que se ve muy grande con suficiente espacio para vivir y tener comodidades. Aquel tipo de casa también deberían de tener los otros dos cerditos o simplemente quedarse a vivir con el hermano que la construyó.
Si el lobo hubiera logrado llevar a cabo
su malévolo plan, los cerditos ya hubieran sido su desayuno, almuerzo o cena,
de todas formas sería un buen banquete para el lobo. No sabemos qué sigue
después del final del cuento, pero nos imaginamos que los tres cerditos
acordaron apoyarse mutuamente y estar protegidos por buenas casas como si
fueran fortalezas contra invasores que quieran hacerles daño.
Como sabemos, los tres protagonistas de este cuento son músicos así que seguramente siguieron mejorando sus habilidades musicales. Bueno hasta aquí nuestra opinión ya que este cuento se ha acabado con un colorín colorado clásico.
Como sabemos, los tres protagonistas de este cuento son músicos así que seguramente siguieron mejorando sus habilidades musicales. Bueno hasta aquí nuestra opinión ya que este cuento se ha acabado con un colorín colorado clásico.
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